AMILA PARTE 1, EL DESPERTAR(CAPITULO 4)

Aquí llega el cuarto capítulo, la protagonista al fin descubrirá que no era alguien normal al enfrentarse a su primer peligro real.

AMILA PARTE I, EL DESPERTAR

DESPERTAR PUEDE SER MORIR

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CAPÍTULO 4

Basil era consciente de que defraudar al presidente en una petición como la que le había hecho, era equivalente a la sentencia de muerte que le aguardaba a quien fuera esa persona que tanto deseaba eliminar antes de mañana a toda costa, por lo que se dedicó a estrujar los recursos de su equipo para dar con el rastro del que hiciera saltar las alarmas la noche anterior. Poco le importaba en realidad

el motivo de tal urgencia para hallarlo, tan solo cumplía con su trabajo al igual que muchos otros funcionarios que eran parcialmente conscientes del gobierno que realmente tenían en la ciudad.


A media mañana dejó su consola para ir a la cafetera a servirse un café. Pese a los avanzados sensores de los que disponían para rastrear esa energía mental entre los habitantes de la ciudad, ahora era tan débil que apenas podían detectarla, y eso empezaba a ponerle nervioso, al saber su

destino si no podía proporcionar esa información al presidente.


No es que me agrade lo que voy a tener que hacer, pero es esa persona o yo... la expresión del presidente al ver los resultados dejó bien claro que no admitiría un fracaso de mi parte en este cometido —dijo mientras observaba cómo, por la pantalla, pasaban imágenes de los diferentes

ciudadanos que eran escaneados por los sensores—.


Tomó asiento para acomodarse lo más relajado que pudo y beber su café aún caliente, y en ese preciso instante,la pantalla se detuvo en la imagen de una muchacha pelirroja de no más de veinte años. Al momento eso le entristeció, por saber lo que le aguardaba a esa chica al entregar la

información.


Eres tú o yo... lo siento en el alma, preciosa —dijo dejando la taza de café aun sin beber sobre un lugar preparado para ese cometido en el tablero, y recogió la información impresa que salía de la computadora—.


Se incorporó y salió de su lugar de trabajo para coger el ascensor que le llevó hasta la última planta en donde estaba el despacho del presidente. Su secretaria, ya instruida a tal efecto, le dejó pasar al indicarle que ya había conseguido lo que le habían pedido.


Veo que no me equivoqué al asignarle ese puesto, es de lo más competente —dijo examinando la hoja que le entregaba—.

¿Dispongo ya el operativo para arrestarla? —preguntó Basil—.

Trabaja en la supervisión y reparación de los satélites en torno al planeta... puede que sea más discreto simular un accidente en su turno de trabajo, lo que evitaría incomodas, así como molestas preguntas por parte de la población. Prepare el escenario adecuado para ese accidente, y unos cazas

de los plomok, por si fuese necesario recurrir a ellos en un caso extremo.

Perdone la pregunta, señor presidente. ¿Pero en verdad es tan peligrosa como para eliminarla de esa forma? —preguntó el empleado con temor—.


Elian no llegó a responder su pregunta, tan solo lo mirófijamente mientras el empleado empezaba a notar cómo su corazón se detenía lentamente, hecho que le obligó a caer de rodillas en el suelo llevando sus manos hacia él... nuevamente notó cómo volvía a latir mientras el político le sonreía de forma siniestra.


Más le vale obedecer sin cuestionarse lo que se le diga que haga, la próxima vez puede que ese corazón suyo deje de latir del todo —dijo con voz malvada mientras el empleado volvía a ponerse en pie con dificultad —puede retirarse—.


Temblando por lo sucedido, Basil se dirigió hacia la puerta sin entender lo que había ocurrido, o cómo era posible que les gobernase tal monstruo...


De seguro que nunca olvidaré lo sufrido hace un instante, y he de hacer todo lo posible para difundirlo entre mis amistades, para que sean conscientes en manos de quién estamos, pensó al dejar el despacho.


No podía ver la sonrisa maliciosa del presidente observando al ingenuo empleado que ignoraba que, pese a que él podría haberle borrado tal hecho de su memoria como en otras ocasiones, dejando tan solo el temor propio a un vil ser humano que anteriormente ya tenía, no lo hizo, simplemente por serle innecesario al ser la fecha que ya era...

                                                                                                                                                                    TEXTO PROTEGIDO COMO PROPIEDAD INTELECTUAL, PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

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