AMILA PARTE 1, EL DESPERTAR(CAPITULO 3)


 Tercer capítulo, espero que os agrade.

AMILA PARTE I, EL DESPERTAR

DESPERTAR PUEDE SER MORIR

--------------------------------------------

CAPÍTULO 3

Amila se despertó al día siguiente con una cierta resaca que hizo que le doliese la cabeza, hasta que se vio obligada a tomar una aspirina. Afortunadamente este era su día libre y no tenía que ir a trabajar.


Las bebidas de ese local cada vez creo más que son de garrafón —dijo la chica en voz alta, al aplicar un masaje a su frente—. También son las verdaderas culpables de esas sensaciones que me invaden al ingerirlas, creo que le propondré que cambiemos a otro local el próximo día.


Aún medio mareada, se dirigió al servicio tras salir de la cama.


Al despacho del presidente llegó nervioso el empleado con el documento impreso que mostraba unos datos muy preocupantes. Había notificado de inmediato a su despacho la alarma del día anterior y se le citó a primera hora de la mañana, casi en el mismo instante.


Puede pasar, el presidente le espera ya impaciente —dijo su secretaria nada más verlo entrar—.


El presidente Elian levantó la vista de su terminal al ver cruzar la puerta al empleado, y la dejó sobre la mesa.


Tome asiento y deme esa información tan preocupante que mencionaba en su comunicado —le ordenó—.

Debe tener en cuenta que es una máquina aún en fase de experimentación y no está libre de posibles errores en sus resultados —informó al darle la hoja impresa—.


El político leyó la hoja con evidente preocupación en su rostro.


¡Es preciso dar con esta persona antes de que demos el especial de fin de año! ¿La podrá localizar, Basil?

Es posible que se pueda seguir su rastro de alguna forma; dejo una buena impronta en los sensores, si lo considera necesario, señor presidente.

¡Pues póngase a ello de inmediato!, es urgente hallarla lo antes posible.

Y una vez la tengamos, ¿qué hacemos con esa persona? —preguntó el empleado—.

Debe desaparecer sin dejar ningún rastro, ¡es demasiado peligrosa! —ordenó sin vacilar, de forma tajante—.Puede retirarse, Basil.


El empleado se incorporó y salió del despacho sin atreverse a cuestionar las órdenes recibidas.


Por su parte, Amila, ya más repuesta de la excesiva ingesta de alcohol de la noche anterior, se sentó frente a la televisión para ver cómo anunciaban el especial de fin de año que todos veían en el planeta sin falta.


Ya estaremos en el once de la nueva era en dos días, pensó mientras veía el anuncio.


Esta es otra de las cuestiones que nadie se plantea en el planeta aparte de mí, al parecer, ¿por qué nadie se pierde ese programa de mañana sin falta...? —expresó en voz alta poco después de su pensamiento—.


Incluso ella no sabía cómo ni por qué... Parecía condicionada para no perderse esa emisión, pese a que algo en su interior le decía que había un asunto extraño en ella.


Una llamada de su compañero de trabajo interrumpió esos pensamientos que últimamente eran cada vez más recurrentes en ella.

¿Mejor, tras haber bebido quizás demasiado anoche? —preguntó Cosmo—.

¿No te parece que aquellas bebidas son de garrafón? Me siento rara tras beberlas.


Ese comentario extrañó al hombre, que la escuchó sorprendido...


¿Garrafón en ese local? ¡Debes estar bromeando! Es famoso por la calidad de sus bebidas, pese a lo ajustado de sus precios. ¿Crees en serio que frecuentaría un local que sirviera lo que dices?

Pues entonces debo ser yo, que no me debe sentar bien el abusar del alcohol —dijo con intención de no seguir con un tema que no conduciría a nada— ¿Qué tal con tu cita de ayer?

Se acaba de ir. Aún esperaba en parte que hiciésemos ese trío al llevarte a casa.


Amila lo miró en la pantalla, asqueada al instante, ante la sola idea de esa posibilidad.


A veces creo que ciertas prácticas sexuales deberían prohibirse, en serio —replicó disgustada—. —Pues debería existir el cuarteto, así podría cubrirte en el local e irme a la vez con un par de chicas dispuestas a hacerlo —dijo Cosmo sin ningún rubor—.

Recuérdame por qué sigo soportando a alguien como tú como mi amigo —respondió Amila consternada por sus palabras—.

Porque soy el más guapo y simpático de todo el departamento de mantenimiento…

Más bien por lo segundo, lo primero me tiene sin cuidado al no ser mi tipo de hombre. Lo siento por ti, no creo que quisieras algo en serio conmigo tal y cómo eres.

¿Algo en serio...? ¿Eso buscas realmente en ese hombre especial...? —dijo él, sorprendido—.


La mujer se arrepintió al instante de esas palabras suyas, en una sociedad en donde no imperaba eso precisamente.


Será mejor que dejemos esta conversación antes de que sigas por ese camino y digas algo que me pueda molestar. Ya has podido comprobar cómo estoy y nos veremos mañana en el trabajo, adiós —dijo, cortando la comunicación—.


De nuevo en la soledad de su vivienda, la muchacha se preguntó de dónde podrían venir esas inquietudes suyas que eran tan ajenas a todos cuanto le rodeaban.

TEXTO PROTEGIDO COMO PROPIEDAD INTELECTUAL, PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN.

--------------------------------------

Si alguno se ha quedado con las ganas y desea continuar leyendo:

https://booknet.com/es/book/amila-parte-i-el-despertar-b407427

Requiere de un sencillo registro con un email, que se hace en un segundo.


Comentarios

Entradas populares