ANTOLOGIA ¿QUIEN ANDA AHI?(VERSO INEFABLE)
Otro relato mío recogido en esta antología del grupo de WhatsApp "Pesadillas bajo la tinta" y grupo de Facebook "Verso inefable".
Podréis descargarla de forma gratuita, con un pago social al compartirla en alguna red social en el enlace de la imagen de arriba.
Seguidamente, pongo mi relato en la antología:
LA EXTRAÑA PAREJA DEL CINE
Una pareja entra a la sesión de las 18:00 horas del quince del mes, como habían
hecho durante esos treinta años, ambos compartían un amor incondicional que los unía con
un lazo irrompible, él era bastante mayor en comparación con ella que apenas tendría
unos treinta años. Este hecho atrajo la mirada de los demás que iban a ver la película al
cine, ya que esa diferencia de edad les hacía pensar que por parte de la mujer había un
interés más profundo que sencillamente el amor que parecía procesar de forma natural
hacia el hombre.
Como solían hacer, se sentaban en los asientos traseros sin el menor interés en el
film, el único era darse atenciones mutuas y besos sin molestar al resto de personas, los
clientes asiduos del cine ya estaban habituados a verlos acaramelados por lo que apenas
les prestaban ya atención.
A media sesión, la mujer solía insinuar algo al oído del hombre y ambos se
levantaban de sus asientos para irse como de costumbre, para alivio de la mayoría o
pesar de los que disfrutaban de observarlos. Eran habituales los ligeros murmullos entre
algunos de los espectadores y que ignoraban por sistema los dos, parecían estar en su
propia burbuja temporal y ajenos al resto de los que les rodeaban en el cine.
Al cruzar las puertas de salida de la sala de proyección, la mujer por unos instantes
recuperó su aspecto original... Mostrando su rostro cadavérico y podrido que él pasó por
alto hasta que volvió a ser la misma de antes.
―Ya has renovado por un mes esta realidad alterna que puedo ofrecerte, ¿no te
cansas de vivir en ella tras todos estos años? ―preguntó el espíritu al hombre.
Este ya había recuperado un aspecto más juvenil y acorde a la edad que simulaba
ese espectro para él.
―Puede que lo que me ofrezcas sea una simple ilusión, pero no dejas de ser la
que fue mi alma gemela cuando estabas viva... Fuera de este escenario que creas para
nosotros, no hay nada que me atraiga ―respondió él para darle un largo beso a
continuación―. Nunca me arrepentiré de haber aceptado el trato que me propusiste
cuando fuiste a mi encuentro tras tu lamentable accidente al tropezar y golpearte la
cabeza con un asiento en esa misma sala de proyección, cariño ―comentó al despegar
sus labios de ella.
Ella rememoró el triste recuerdo de cuando falleció casi al instante ante sus ojos,
hacía ya cerca de treinta años, se decidió a mostrarse ante él pese al riesgo de que la
rechazará asustado ante su aspecto ya mucho menos agraciado al estar muerta... Aunque
aceptó de inmediato lo que le ofrecía para alivio de ella, que seguía enamorada de él.
―Volvamos a casa, cielo. Por mi parte también me alegro de que sigas queriendo
estar junto a mí, sería muy dura mi existencia actual sin tenerte a mi lado ―contestó ella
antes de darle un breve beso.
Cogidos de la mano, se alejó del cine una pareja que ya casi nadie extrañaba
ver junta
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