VadeReto(AGOSTO 2023)
Relato para el vadereto de Jascnet de este mes, que tiene como tema la luna.
UN OBSERVADOR INESPERADO
Imagen de Георгий en PixabayLa astronave de exploración terrestre, había bautizado el nuevo mundo como Banim al incluirlo en la base de datos, era otro planeta apto para que los colonos pudieran establecerse.
Con este ya llevamos cuatro en este sector del espacio, el control colonial deberá de estar más que satisfecho –expresó el teniente Aenos al comprobar el ritmo de descubrimientos.
Pocos en comparación con los que precisamos para nuestra especie –aseveró el capitán Corben.
Ambos eran hombres curtidos en los rigores de la flota espacial, de aspecto rudo y que imponen al resto de su tripulación, que en su mayoría acababan de salir de la academia espacial.
Esta misión de adiestramiento, parece más de exploración –profirió uno de los pocos veteranos del puente.
Concuerdo con usted, alférez Despina. Pero esas son las órdenes que he recibido –informó el capitán con pesar en la voz.
La alférez era una de las pocas mujeres en el puente en esta ocasión, asignaron mayoría de cadetes varones al mismo.
¿Permanecemos en órbita algo más o ponemos rumbo al próximo sistema estelar? –preguntó el teniente.
Me preocupa que el planeta tenga tres lunas en su órbita, las estudiaremos más a fondo antes de poner rumbo a nuestro próximo destino –respondió inquieto por la visión de las mismas– Timonel Eryx, mantenga la órbita y que los sensores tomen los efectos de esos satélites sobre la superficie del planeta –ordenó al encargado de esa labor.
Así lo haré, capitán –se apresuró a responder un joven e inexperto cadete.
Me retiro a mi cabina. Dejó el puente a su cargo, teniente –notificó al incorporarse de su asiento.
Puede irse tranquilo, capitán y le avisaré si surge cualquier emergencia.
Procure que no surja nada mejor –replicó Corben.
Abrió las puertas del puente y salió al pasillo del vehículo espacial.
Se cruzó con el personal inexperto del resto de la nave, hasta que llegó a su estancia y casi todos lo miraban con un ligero temor. Los jóvenes de hoy en día se impresionan por nada, pensó al abrir la puerta. Ya dentro, se sentó en la butaca de su despacho a observar el cuerpo celeste en su ventana, aunque bastante menor que el satélite terrestre, seguía siendo una visión impactante a esta distancia.
Sé que no eres la misma luna, ni por forma de la superficie o tamaño, pero me recuerdas a la de mi mundo natal –dijo al mirarla fijamente.
Cuál es el motivo de que estén investigando este planeta, ¿y de qué especies son?
La voz le llegó directamente a su cerebro, algo que en un principio achacó al cansancio y se dispuso a llamar al doctor. Aunque no le dio ni tiempo a pulsar el botón del comunicador, antes de volver a recibir otro mensaje.
Ningún médico de tu nave podrá ayudarle, nos estamos comunicando mentalmente contigo. Preferimos este tipo de contacto directo con el responsable de las naves, nunca podrían traducir nuestra lengua con vuestros primitivos traductores.
¿Y qué queréis de mí?, ¿y cómo que mentalmente sí que puedo entenderlos? –pregunto, aún no del todo convencido de que fuese algún tipo de mensaje externo que le hacían llegar.
Con este tipo de transmisión nos es posible enlazar varias mentes y emitimos en vuestro idioma. ¿Qué hacéis orbitando uno de nuestros planetas?, pese a que vuestros anticuados sensores no las captan; debes saber que hay armas apuntando desde los satélites a su nave.
Esas palabras bastaron para que llamara al puente.
Teniente, ¿qué detectan los sensores? –pidió inquieto.
No hay nada anormal por ahora, esas lunas no es que ejerzan una influencia peligrosa para el planeta –informó Aenos.
Vuelva a revisar los satélites con el barrido más sensible disponible, y deme los resultados en cuanto los tenga –ordenó nervioso y cortó la comunicación a un extrañado teniente.
Si necesitaba una prueba de nuestras palabras, le bastaba con haberlo pedido.
Una ligera vibración convulsionó la nave, y la alarma roja sonó al momento.
¿Ya está convencido de que realmente existimos?
El comunicador empezó a pitar al momento, supuso que era el teniente para ponerse en contacto con él y abrió la comunicación.
Capitán, será mejor que vuelva al puente.
Allí no solucionaría nada, cese la lectura con los sensores y mantengan la misma órbita que ahora –ordeno sin darle tiempo a replicar.
De acuerdo, les diré lo que desean saber. Buscamos planetas para colonizarlos, necesitamos reubicar a muchos de nuestra especie al estar nuestro mundo con una población imposible de sostener –explicó Corben.
Pues en este les será imposible, les está vetado incluso ir a explorar su superficie. Destruiremos su astronave si lo intentan sin dudarlo un momento.
No existe la posibilidad de que lo compartamos, prometemos no salir de lo que nos cedieron para nuestro uso –sugirió el capitán.
Un largo silencio se hizo antes de la siguiente contestación.
Su especie acabaría incumpliendo las condiciones e intentarán averiguar quiénes somos, y por ahora no están preparados para ese contacto. Abandonen la órbita de inmediato, borren este planeta de su base de datos o pasen a considerarlo como zona prohibida; eso último lo dejo a su libre elección. Y será mejor que ninguna nave de su especie vuelva por aquí, ¡será destruida de inmediato sin previo aviso!
La comunicación se cortó tan pronto como había empezado, de no haber sido por la prueba de la detonación próxima a la nave... Le hubiera costado dar crédito a lo que había sucedido.
Sin pérdida de tiempo, se dirigió al puente, en donde tomó asiento en su sitio.
Erix marqué el rumbo al siguiente sistema estelar y alejémonos de aquí a la velocidad máxima –ordenó al timonel– Este planeta queda marcado como prohibido para cualquier nave humana –después indicó al encargado de la base de datos.
Me permite recordarle que requiere de una causa justificada para hacer eso –intervino el teniente.
La hay y la compartiré con usted en privado al estar fuera de peligro, no se preocupe –tranquilizó a su segundo.
La nave a su máxima aceleración se alejaba de una zona del espacio a la que no podría volver por mucho tiempo otro humano, ¡al menos hasta que aquellos seres los consideren aptos para establecer ese contacto que por ahora era inviable!
FIN
Wow, contacto alienígena a través de la mente, no me lo esperaba cuando Corben empezó a hablar con la luna. Me ha gustado mucho. Un placer leerte. Abrazos
ResponderEliminarParte de la idea primaria es prestada(como todas), tiene mi toque personal sencillamente.
EliminarUn primer intento derivó en un relato largo de 7 paginas, que no se podía cerrar sin su debida extensión.
Era una máquina que vigila el espacio, o mejor Una Inteligencia Artifical que cuida de día y de noche las lunas y el planeta. (probablemente ella erradico toda vida siglos atrás). Je je, me encanta el relato. me ha hecho alucinar. Yo diría es una declaración de guerra.
ResponderEliminarEn un principio mi idea era otra especie más avanzada, que habitaba ese mundo y la humanidad aún no estaba preparada para poder establecer contacto con ella. Las lunas en realidad son construcciones artificiales; aunque bien podría ser lo que sugieres también, una IA que no deseaba contacto con formas de vida orgánicas.
EliminarHola, Arturo.
ResponderEliminarMe ha encantado esa transformación de la luna en observador y vigilante del mundo.
La verdad es que es un relato de Ciencia Ficción, con ciencia, pero poca ficción. Una realidad demasiado evidente para nuestra especie. Una historia con una gran reflexión entre líneas.
Con un poco de inteligencia que tenga los seres de otros planetas y un poco que nos hayan observado, seremos especímenes a evitar, porque a donde vayamos podemos llevar nuestras malas costumbres destructivas como un virus en pandemia.
Yo a menudo pienso que esta es una de las causas por las que no nos han contactado todavía ninguna vida exterior. Mucho tendremos que cambiar para ser tenidos en cuenta como compañeros de convivencia y dejarnos expandir por el universo. Quién sabe.
Un relato muy sensitivo y que debería hacernos pensar en qué futuro estamos dejando.
Muchísimas gracias por compartirlo en el VadeReto.
Un abrazo galáctico.
Gracias por tu crítica, en realidad se enmarca en el género de la ciencia ficción(aunque llevas razón en lo de ficción en lo que respecta a nosotros hay bien poca), esa especie demostraba verdadera inteligencia y respeto hacia otras formas de vida diferente a la suya; ya que contaban con la tecnología suficiente para eliminar la nave humana sin problemas; en esa misma situación... ¿Cómo hubiéramos reaccionado nosotros de disponer de sus mismos avances científicos?...
EliminarHola Arturo, bienvenido al VadeReto, te sigo por Facebook también y creo que es la primera vez que participas en este reto, ¿verdad?
ResponderEliminarEl relato está muy bien, si no era suficiente con una luna, has metido tres y ellas ayudan al planeta a que nadie de fuera entre, buen diálogo entre los satélites y el capitán. Me alegra que al final no consiguieran entrar, un olé bien grande por la luna.
Un abrazo. :)
Gracias por seguirme en Facebook, y si, es la primera vez que participo en este reto.
EliminarEl diálogo en realidad se sucede entre varios seres, uno humano y otro de una especie que no se determina, las lunas o al menos parte de ellas son estaciones de los que habitan la superficie del planeta. Esa es la idea al menos que tuve en mente en todo momento.